Iba un cura conduciendo su coche hacia su parroquia cuando en la carretera se encuentra con una monja conocida. Para el coche y le dice:
- Madre: Suba que la llevo al convento.
La monja sube y se sienta en el asiento del copiloto, hace un cruce de piernas y el hábito se le abre un poco y se le ve la pierna. El cura se le queda mirando y sigue conduciendo. Al rato no aguanta más y le toca la pierna a la monja. La monja lo mira recatada y le dice:
- Padre acuerdese del Salmo 129.
El cura le pide disculpas y sigue conduciendo. Al rato otra vez le toca la pierna y la monja le vuemve a decir impaciente:
- Padre acuerdese del Salmo 129 .
El cura se excusa diciendo:
- Perdonemé Hermana, pero Ud. sabe que la carne es débil.
Cuando llegan al convento, la monja se baja y el cura llega a su parroquia y se va rapidamente a buscar en la Biblia el Salmo 129. Encuentra el Salmo y lee:
"Seguid buscando y allá arriba encontrareis la Gloria..." .

Está un cura predicando, el día de la fiesta mayor del pueblo, y les dice a sus feligreses:
- Hermanos: ¡Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza¡
Y un jorobado, que además era bizco y cojo, se levanta y le dice:
- ¿Y conmigo hizo un experimento, o qué?

- Va un "salido" a confesarse, y le pregunta al cura:
- Padre: ¿Es verdad que usted aparta a las mujeres del mal?.
- Y le contesta el cura: Si, hijo mío, si.
- Pues aparteme dos para el fin de semana, por favor

- Va una chica guapísima a confesarse, y le dice al cura:
- Padre: Me acuso de que estoy enamorada.
- El cura le dice: Eso no es pecado, hija mía.
- Pero es que tengo unas ganas locas de hacer el amor con .......... ¡Y además, de quien estoy enamorada es de usted¡. ¿Cree que me salvaré?
- ¡Hoy te salvas porque tengo ahora un entierro, que si no .....¡

Se acerca una chica despanpanante al confesionario y dice:
- Padre: confieso que he pecado.
- A ver hija, ¿qué has hecho?
- Padre, ayer me acosté con el cura de la parroquia vecina.
- Muy mal hecho hija, ¡tú perteneces a ésta¡.
